No olvidemos que escuchamos no solamente con nuestros oídos, sino también con nuestros ojos, con nuestra mente, con nuestro corazón y con nuestra imaginación (Carl Rogers. El poder de la persona.)

El aspecto activo de escuchar

Aunque la raíz de escuchar es biológica y descansa en el fenómeno de oír, escuchar no es oír. Y entonces, ¿qué es escuchar? Lo que diferencia el escuchar del oír es el hecho de que cuando escuchamos, generamos un mundo interpretativo. Escuchar es oir más interpretar. Aquí reside el aspecto activo de escuchar.

Es posible escuchar aún cuando no haya nada que oír. Podemos escuchar los silencios, los gestos, las posturas del cuerpo y los movimientos en la medida en que seamos capaces de atribuirles un sentido.

 El cine mudo es un buen ejemplo de cómo podemos escuchar cuando no hay sonidos

Escuchar es un acto de silencio

Muchas veces me he visto hablando con otra persona, y pensando qué iba a decir cuando el otro acabara de hablar. Y eso, no es escuchar. “Escuchar es un acto de silencio”, es callar mi diálogo interno y prestar atención plena a mi interlocutor. ¿Cómo voy a saber lo que decir si antes no escucho? Y no sólo lo que el otro dice, también lo que no dice.

No sólo escucharé lo que la otra persona está expresando directamente, sino también pondré atención a sus sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. La escucha es pura empatía, y requiere de mucha práctica. Un seductor no es más que alguien con una gran habilidad de escucha.

Un seductor no conquista con lo que dice, conquista por cómo escucha

La escucha es pura empatía

La empatía es una elección y una elección vulnerable porque significa reconocer las emociones de la otra persona. Y para poder conectarme con el otro, necesito conectarme con algo de mi mismo que reconozca esa emoción, ese sentimiento.

Empatía no es simpatía. Una de las cosas que hacemos a veces frente a conversaciones difíciles, es tratar de mejorar la situación de nuestro interlocutor. Y la verdad es que casi nunca una respuesta puede mejorar la situación. Lo que mejora la situación es la conexión con esa persona. La escucha verdadera va mucho más allá de las palabras, “es esa conexión. La persona escuchada siente que le están dando la importancia que merece, y queda agradecida. Se crea  un clima de respeto y confianza.

 

La importancia de escuchar al paciente

La mayoría de los médicos reconocen la importancia de la escucha con el paciente. Para ellos un buen diagnóstico supone el acercamiento al ser persona del paciente, ya que este puede aportar datos sobre su enfermedad que son fundamentales para establecer el juicio clínico.

“¿Cuál es la innovación más importante de los últimos años?”, le preguntaron a Gregorio Marañón. Cuentan que se quedó un momento pensativo y respondió: “La silla”. “La silla que nos permite sentarnos al lado del paciente, escucharlo y explorarlo”

¡Escuchar es un arte y la única manera de dominarlo es practicándolo!

Escuchar es un arte más complejo que hablar, susurra el que habla poco y escucha mucho, porque susurra con la mirada, con la sonrisa, con la dedicación, con las manos y la postura del cuerpo. Escuchar requiere atención y concentración, algo que no es necesario para oír, un hecho meramente fisiológico.  ¡Escuchar es un arte y la única manera de dominarlo es practicándolo!. Te invitamos a que hoy escuches a uno de tus pacientes durante tres minutos ininterrumpidamente, durante ese espacio de tiempo….

Durante ese espacio de tiempo, préstale toda tu atención. Si te distraes, vuelve a centrar tu atención con suavidad en él. En la medida de lo posible, trata de no hablar, o dirigir la conversación. Recuerda que quieres hacerle el valioso regalo de escucharle. Puedes responder con expresiones faciales, gestos de asentimiento, o frases breves como “ya veo” o “entiendo”. Si la persona no sabe que más decir, proporciónale un espacio de silencio y observa que sucede. Si hay tiempo, puedes decirle que te gustaría repetir lo que has escuchado para ver si lo has comprendido. Después, estate dispuesto a recibir también su feedback por si algo no le ha resonado. Escúchalo de nuevo sin argumentar, solo intentando comprender el mensaje que esa persona te quiere transmitir.

¿Cómo te has sentido? ¿Cómo se ha sentido tu interlocutor? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué has descubierto? Si hubo silencio, ¿qué ha generado ese silencio? ¿Qué te ha hecho elegir a esa persona?

 

 

 

 

Fuente bibliográfica

* R a f a e l E c h e v e r r í a (2011) Ontología del lenguaje (Capítulo V El Escuchar: el lado oculto del lenguaje) Buenos Aires: Granic

* Llacuna Morera, J. (2000) La comunicación no verbal (II). Recursos para el profesional sanitario. FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria. Volumen 7, Número 10.

* Rodríguez Sanza , J. et al. (2011) Aspectos clave de la comunicación no verbal en la consulta. FMC. 18(7):401-9

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