Límites en el Coaching de Salud
Le he dado algunas vueltas al título de este post. Por un lado, no quería empezar escribiendo del coaching desde lo que no es, y, por otro lado, quería contar justo esto, dónde están los límites en el coaching de salud.
El porqué de este artículo
Durante la última facilitación del curso de formación en Coaching de Salud, recogimos algunas inquietudes entre los participantes (médicos, enfermeras, nutricionistas, ‘pacientes expertos’, etc.), y, entre ellas, algunas dudas sobre los límites de la aplicación del coaching en el área de la salud. En qué casos sí, y en qué situaciones habría que enmarcar el acompañamiento en salud y situar el límite.
Creo útil y necesario ir definiendo entre todos los apasionados del campo del coaching y la salud, dónde estarían las fronteras del buen coach de salud, y conocer sus límites para llevar a cabo el coaching dentro de un espacio seguro, que cumpla la misión de acompañar en sus objetivos a las personas que lo desean. Recordemos que la buena linde hace al buen vecino 🙂
El Coaching de Salud, nueva disciplina.
Cuando aparece una nueva disciplina y, sobre todo, en el área de salud, comienza a difundirse su práctica lo que genera noticias e interés sobre su aplicación en la vida real. Sería algo parecido a lo que sucede con los fármacos. Una vez aprobados para su comercialización aparecen nuevas experiencias que aportan datos sobre su efectividad en la población: nuevas aplicaciones, efectos secundarios o incluso nuevos beneficios, que, en muchos casos, pueden dar lugar a nuevas áreas de investigación del medicamento.
Algo parecido puede estar pasando con el coaching y la salud. La palabra “coach” se asocia comúnmente a entrenamiento o entrenador, pero desde su incursión en el mundo deportivo ha ido evolucionando mucho más allá. Al igual que todos los medicamentos no están indicados para todas las personas tampoco el coaching es el “chocolate para todos”, y en cualquier situación. Y esta es justamente la cuestión en la que hoy me quiero enfocar.
Marcando la diferencia
En primer lugar me gustaría remarcar que el coaching de salud se aplica a personas que están mentalmente sanas y desean mejorar algún área de su salud, ayudando a definir, perseguir y conseguir metas vinculadas a la mejor versión de sí mismas, a su versión más saludable y feliz. Aparece como una nueva tendencia en el área de la salud desde que numerosos estudios y publicaciones científicas hayan demostrado su eficacia para que la persona se responsabilice de su auto-cuidado, y pueda alcanzar un mayor equilibrio y plenitud en su vida.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud señalaba en 2001 que “es necesario facilitar el proceso según el cual se pueda movilizar a las personas hacia la toma de control sobre su salud y mejorarla, ser capaz de satisfacer sus necesidades y cambiar o adaptarse al medio ambiente, lo que supone la incorporación dinámica de la población a los hábitos sanos de vida, y su promoción como estrategia de prevención”. Este mensaje se refuerza en diferentes publicaciones y artículos científicos posteriores.
Por otro lado, la psicología ha estado tradicionalmente encaminada a los pacientes que presentan algún trastorno o disfunción y que requerían de terapias para volver a la normalidad o a un nivel más funcional. Dentro de esta disciplina, la psicoterapia parte de la base de que un paciente “está mal” porque padece una dolencia/ o trastorno mental o emocional, y se focaliza en aquello que “le pasó” y afecta a su conducta, que el psicólogo diagnostica y trata por medio de las herramientas que la comunidad científica establece con respecto a cada disfunción.
El coach es el profesional que aplica el coaching. La palabra procede del inglés y uno de sus significados es entrenador, pero es un tipo especial de entrenador. Un profesional que no le dice a su cliente lo que tiene que hacer, sino que le hace preguntas para que sea él mismo quien descubra sus propios recursos y realice los cambios de una manera más efectiva.
El coaching acompaña al cambio de una situación presente e incierta, a otra en la que la persona crece y puede ver más posibilidades y opciones para alcanzar sus objetivos. En el caso del coaching en el área de salud, facilita que la persona se adapte de la mejor manera posible a una nueva situación, (que puede incluir o no, una dolencia) y/o le acompaña en el camino de conseguir sus objetivos de salud.
Este servicio de coaching puede estar integrado en el profesional de salud (médico-coach, enfermera-coach, psicólogo-coach, etc.) que tiene relación con el paciente, o dirigido por un coach de salud que facilita el proceso de acompañamiento a la persona en aspectos como las creencias que condicionan el cuidado de su salud, la adaptación a nuevos estilos de vida, su actitud ante los cambios y adherencia a nuevos hábitos, etc.
Hay que matizar especialmente que el coaching de salud queda fuera del marco de trabajo de la terapia psicológica o cualquier otra terapia. No trata ni prescribe. Acompaña a la persona que quiere mejorar en su estilo de vida o desea llevar su salud a otro nivel.
El Coaching de salud busca que la persona descubra por si misma dónde está, que sea capaz de tomar responsabilidades sobre aquello que afecta a su calidad de vida: decidir cuidarse, cambiar hábitos y tomar conciencia de qué comportamientos y/o actitudes están limitando su salud y bienestar.
El Coach de salud pone luz en el rumbo saludable que desea seguir la persona, pero es ella misma quien va probando, modificando y decidiendo las acciones que le llevarán a alcanzar sus metas y los resultados que desea para su salud y bienestar.
Límites del coaching de salud
– El coaching en este campo tendría unas fronteras internas con respecto a otros tipos de coaching que se realizan como el coaching de vida, el educativo, el deportivo, etc. ya que los objetivos están relacionados directamente con la salud del cliente como el centro de su demanda.
Diferentes objetivos que pueden tener que ver con el coaching de salud:
De promoción de salud:
- Personas que desean optimizar su salud a través del cambio de hábitos y quieren promover su salud a una más robusta. Esta es a día de hoy, la metodología de coaching en salud que más frecuentemente se practica.
De prevención de la salud:
- Personas que quieren prevenir una enfermedad trabajando sobre creencias o hábitos de vida saludables, a fin de que la persona evite enfermar, y potencie sus recursos para estar más saludable y con más energía: Por ejemplo, objetivos de cambiar su forma de alimentación, hacer más ejercicio, aprender a relajarse, mejorar sus hábitos de vida, apoyo en hábitos nocivos como dejar de fumar, etc.
De complementariedad en la mejora de la enfermedad, minimizando factores de riesgo o la evolución de dicha patología:
- Personas con desórdenes de salud que desean detener la progresión de una enfermedad que comienza a manifestarse (llamada prevención secundaria en el campo médico), en el que el paciente asume un papel activo en la recuperación de su salud. En la actualidad un 70% del gasto sanitario es el derivado de las enfermedades crónicas, que a su vez están directamente relacionadas con el estilo de vida (diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, síndrome metabólico, patología cardiovascular, enfermedades psicosomáticas, etc.), y las personas muestran muchas dificultades para cambiar hacia unos hábitos sostenibles que favorezcan su salud.
- Personas que quieren recuperarse. Mantenerse sano después de la curación y/o prevenir una recaída de su enfermedad. Es un supuesto parecido a la etapa de prevención primaria de salud, aunque puede haber un cambio en las motivaciones del cliente, ya que ahora es alguien que “ya ha visto las orejas al lobo”.
– En cuanto a las fronteras externas, el Coaching de salud formaría parte de las estrategias de promoción de la salud definidas por la OMS como “el proceso de acompañamiento que permite a las personas incrementar el control sobre su salud y mejorarla”.
Otro elemento compartido con diferentes enfoques de promoción de la salud es la necesidad de mantenernos dentro de lo que esté científicamente validado. Esta es una de las fronteras externas más importantes para practicar un coaching de salud, serio y de calidad.
Hoy en día existen multitud de propuestas para mejorar la salud, pero, en lo que se refiere al coaching, queremos asegurarnos de que se trabaja dentro de los límites de lo saludable, sin perder de vista nuestro “por qué” y “para qué”, sin olvidar lo que es y lo que no es coaching:
No es una relación terapéutica
- Si el cliente necesita algún tratamiento de salud física o mental debe consultar con el profesional de la salud correspondiente, para que él lo diagnostique y medique, si es necesario.
- Los coaches de salud no deben involucrarse ni suplantar el abordaje médico. No prescriben o dan recomendaciones, no diagnostican, sino que acompañan al cliente mientras genera alternativas y establece compromisos de acción alineados con sus objetivos de salud.
Tampoco es educación para la salud
- Aunque ambas disciplinas han sido tradicionalmente complementarias, el coach de salud en el campo sanitario, se enmarca dentro de las estrategias de formación /atención sanitaria, y dentro de las estrategias de promoción de la salud y prevención de enfermedades.
- En ocasiones el coaching se confunde con dar información y con educar o aconsejar. Pero el Coach de salud no se posiciona en el “rol del experto”, no le dice a la persona lo que tiene que hacer, sino que le acompaña a descubrir la mejor manera de llevar a cabo su propio camino saludable. La educación desde el coaching apela a fomentar la autoeficacia de la persona, y a trabajar sobre la creencia de que se pueden adoptar cambios que mejoren sus resultados de salud.
No debe confundirse con entrenamientos dirigidos al área física / deportiva
- Aunque en inglés se llame coach al entrenador de equipos deportivos, un coach de salud no trabaja exclusivamente con objetivos enfocados al ejercicio físico de su cliente, sino en todas las dimensiones relacionadas con la salud y bienestar de la persona que se encuentren definidas dentro de los objetivos de su plan.
Tampoco se puede confundir con métodos para…
- perder peso, combatir el insomnio, dejar de fumar, etc. Aunque un proceso de coaching de salud puede tener efectos potenciadores de las estrategias que se decidan tomar desde un punto de vista médico/terapéutico, y puede reforzar el cumplimiento de los tratamientos, su enfoque no está en el resultado sino en la vivencia de su desafío, su predisposición al cambio y su actitud de auto-cuidado.
Un coach de salud trabaja con personas que presentan un estado cognitivo funcional y que desean alcanzar su máximo potencial de salud y bienestar, con capacidad para la toma de decisiones sobre sus propios hábitos y su bienestar.
La responsabilidad de un coach de salud es contribuir a que el cliente desarrolle sus propios recursos y fortalezas para sentirse mejor, y generar los cambios necesarios para alcanzar sus objetivos de salud, esos que ya sabe como realizar, pero que no termina de llevar a cabo, como mejorar su dieta, hacer ejercicio regularmente, descansar y reducir su estrés, etc.
Así pues, cualquier dolencia que necesite la intervención de un profesional de la salud debe ser consultado a los especialistas pertinentes. La ICF ha desarrollado una guía con un listado de los problemas más comunes que justifican la derivación para que obtenga un diagnóstico/tratamiento que incluyen: ansiedad, depresión, trastornos de la alimentación, estrés postraumático, abuso de sustancias (drogadicción), ideación suicida, y trastornos del pensamiento.
En caso de que un cliente desee coaching y esté recibiendo tratamiento médico y/o apoyo psicológico, éste se compromete a entregar al coach un escrito para obtener el visto bueno del profesional de la salud correspondiente, dónde exprese su autorización para que pueda trabajar de forma colaborativa y recibir apoyo a través de sus sesiones de coaching. En este acuerdo se indica que este trabajo personal es compatible con la terapia/tratamiento médico que esté recibiendo.
El coaching en el área de salud siempre se aplica desde un punto de vista colaborativo (bien por el propio médico, enfermera, nutricionista, etc.) o por un coach especializado en salud y bienestar, sin perder de vista las premisas del código ético y deontológico profesional que establece la Federación Internacional de Coaching, (u otra organización profesional del Coach), al que por su profesión debería estar adscrito.
Cada vez existen mas personas que buscan los servicios de un coach en salud especializado en nutrición, cambios de estilos de vida, o un profesional de salud que tenga integradas estas competencias y habilidades en su consulta.
Ventajas del Coaching de salud
Una de las ventajas del entrenamiento en coaching de salud es como cambia la mirada hacia las personas. Esta nueva lente desprovista de juicios, permite ver de una manera más amplia, más comprensiva y también más compasiva a la persona que transita por un cambio relativo a su salud. Cambiando la mentalidad hacia una relación más simétrica y entre iguales, se empodera a la persona y se la ve como un aliado en el proceso de la mejora de su salud.
Estamos acostumbrados a crecer en un contexto cultural y profesional en el que prima una mirada paternalista hacia aquel que busca ayuda con respecto a su salud y/o bienestar. La propuesta del coach pasa por convertirse en un aliado para los demás. Ello requiere de una renuncia a la necesidad de control para ser capaz de escuchar las necesidades genuinas del otro, y trabajar en su deseo de implicarse (o no), hacia la mejora de su salud.
Otra parte del cambio de mentalidad es un cambio en la responsabilidad
Como aliado, trabajarás con una persona para que esta haga sus propios cambios. Ella, y no tú, es la responsable en última instancia de cambiar su comportamiento. De hecho, parte del enfoque del coach de salud consiste en apoyar la aceptación de la persona para darle cada vez más protagonismo sobre su vida y su salud. Hacer cualquier otra cosa, alienta una co-dependencia que va en contra el crecimiento de la persona, no a su favor.
Un cambio de paradigma
Finalmente deseo hablar del cambio de paradigma que estamos viviendo en este nuevo siglo con respecto a nuestra salud. Antes era el profesional sanitario el único encargado de curar la enfermedad. Si sufrías un accidente, una infección, si vivías una urgencia, acudías a un hospital y, en general se resolvía tu situación. Pero hoy en día el contexto de salud-enfermedad ha evolucionado muchísimo. Con la aparición de las enfermedades crónicas, (diabetes, enfermedades intestinales, cáncer, etc.) y la multitud de tratamientos y recursos que existen para tratar la salud, la persona (actuante vs paciente), necesita involucrarse en cómo quiere vivir ese desafío, qué elementos influyen en su situación y cómo gestionar su enfermedad. El estilo de vida y sus conductas van a incidir en la evolución de su condición de salud, por lo que la implicación en su cuidado (sus hábitos de vida, los controles médicos, y hasta su actitud), marcarán la diferencia en la evolución de su enfermedad.
Desde este nuevo enfoque menos paternalista y más empoderador para que la persona sea “parte activa” y se responsabilice más de sus cuidados, aparece el coaching de salud.
“Hacer coaching a una persona con una patología crónica no es hacer coaching a su enfermedad, sino a la persona que la padece y, más concretamente, a su desafío”. |
Cuando te pongas en tu rol de coach de salud, a pesar de que se activen todos tus recursos y conocimientos en salud para aportarle a esa persona que busca tu ayuda, puedes verte en un gran dilema: cómo ser un experto sin actuar como un experto. En estos momentos, se necesita entrenamiento para mantener a un lado todo ese “saber”, y abrirte a escuchar la necesidad y sentimientos de la persona en ese preciso momento.
En mi experiencia, este ejercicio me ha brindado la posibilidad de vivir momentos en los que se reciben lecciones de humildad, dónde a pesar de tener muchos consejos y fórmulas que dar en la cabeza, decides dejarlo a un lado y abrirte a las necesidades e inquietudes que desean ser escuchadas.
Cambiar el énfasis de la educación al papel de aliado en el campo de la salud consiste en tomar un rol diferente. Un rol que entrena el coaching de salud. Un rol que confío pueda dar un giro muy necesario en la atención y el impulso de la salud del futuro.
La atención que se ofrece es con la persona, no hacia ella ni para ella. Al principio puede parecer que no estamos haciendo lo suficiente por ella, pero, a medida que la veamos superarse, nos daremos cuenta de que nuestra alianza está marcando una diferencia verdaderamente significativa en su salud y en su vida.
Personas saludables construyen un mundo más saludable.
(Si tienes algún comentario, o cuestión relativa al coaching y la salud, te animo a que lo hagas o me escribas a: maria@salutis.es, Estaré encantada de responderte).
María Becerril Rodríguez
Directora de la Escuela Coaching de Salud, Salutis Healthcare
Coach de Salud. Coach PCC, ICF
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