Intentemos percibir lo mejor de cada uno,
de ver al otro bajo la mejor luz posible.
Esta actitud crea inmediatamente un sentimiento de afinidad,
una especie de predisposición a establecer un lazo.
XIV Dalai-Lama

A la persona que realiza el proceso de coaching se le denomina Coach y a la que lo recibe se le llama Coachee.

Etimológicamente…

La palabra francesa Coach significa “vehículo para transportar personas de un sitio a otro”. En el idioma inglés también encontramos la palabra Coach asociada a diferentes formas de transporte como puede ser Coach Driver (conductor). Por tanto, etimológicamente, el término “coach” deriva de un medio de transporte. Y, de alguna manera, el Coach facilita el transporte de las personas desde el lugar donde están hasta el lugar donde desean llegar. Un medio de transporte sirve para viajar, y el viaje también puede referirse al “cambio”.

El Coach facilita el transporte al lugar donde se desea llegar

¿Cómo facilita el Coach ese “transporte”?

A través de un proceso de aprendizaje. El coaching es “ayudar a aprender”, que es un proceso diferente al enseñar. El Coach (facilitador) no es alguien que le diga al Coachee (cliente) qué es lo que tiene que hacer. Su tarea no es juzgar, ni dar consejos.

El rol del coach es hacer preguntas para acompañar al Coachee a encontrar las respuestas que ya están en él. Su misión es hacer que cada persona alcance sus propias comprensiones, viva con más consciencia y se transforme en la mejor versión de sí mismo.

No podemos enseñarle nada a la gente; sólo podemos ayudarles a que descubran lo que hay en su interior” Galileo Galilei

El Coaching parte de la idea de que el ser humano es completo, no le falta nada. En su interior contiene un enorme potencial que espera a ser liberado. El Coach facilita esta liberación. Para eso es fundamental considerar al Coachee autónomo, es decir es él quien descubre, quien aprende, quien decide. La relación Coach-Coachee es una relación de igual a igual, y una relación basada en el respeto al otro como legítimo otro.

La relación Coach-Coachee es una relación de igual a igual

¿Cómo un Coach establece esa relación con su Coachee?

A través de la escucha verdadera, aquella que va más allá de las palabras, la que da lugar a “esa conexión con el otro”. La persona escuchada siente que le están dando la importancia que merece, y queda agradecida. Se crea  un clima de respeto y confianza.

Los hindúes utilizan la palabra namasté como forma de saludo y despedida, así como para dar gracias, para pedir como muestra de respeto, y generalmente acompañándola con el gesto (o ”mudra”) de juntar las palmas de las manos en forma de rezo, colocándolas en el centro del pecho. Namasté es una palabra en idioma sánscrito, por ello pocas personas conocen su significado, el cual guarda un profundo mensaje:

Yo honro el lugar dentro de ti
donde el Universo entero reside.
Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz.
Cuando tú estás en ese lugar en ti,
y yo estoy en ese lugar en mí,
somos sólo Uno

La palabra NAMASTE encierra para mí el significado de la empatía. Namasté es una forma de honrar a la otra persona, un modo de mostrar respeto y agradecimiento desde la parte más profunda de nuestro ser. Y empatía es respeto:

• hacia mi “me respeto siendo yo mismo”
• hacia el otro “lo respeto reconociéndolo como un ser diferente a mi, como un ser auténtico y genuino”

El verdadero significado de “Ser Coach” está en la forma de mirar “al otro” como legítimo otro, concediéndole un espacio libre de juicios para que se descubra, para que sea como es. Para mi ser Coach es mucho más que una profesión, es una manera de estar en el mundo que implica cambiar la forma de mirar dejando espacio a lo que es, “viéndonos bajo la mejor luz”.

Concediéndole un espacio libre de juicios