Coaching Social en la enfermedad crónica física

Hoy reescribimos en el blog un post que nos compartió hace tiempo Ángel Díaz, compañero de emprendimiento en coaching,  que describe su visión del cómo y desde dónde acompañar al enfermo crónico y su familia y que, a mi modo de ver, nos deja una poderosa reflexión en la experiencia cercana de vida con una enfermedad crónica. ¡Gracias Ángel!

“No me interesa si hay vida después de la muerte sino si hay vida antes de la muerte” (Eduardo Punset).

¿Qué es la enfermedad?, ¿es lo contrario de la salud?, ¿para qué el padecimiento de una enfermedad crónica se llega a convertir en el centro de la vida del enfermo o de sus allegados? ¿qué podemos aprender?

Como sabemos, el propósito de la vida es una vida con propósito y a veces el diagnóstico de una enfermedad crónica no hace sino dotar de un propósito a la vida de aquella persona que, al margen de la enfermedad, ya carecía de un propósito de vida que de verdad le ilusionara. Como la vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir, cabe preguntar a enfermos o familiares, expresado magistralmente por Eduardo Punset en la mencionada cita, si en el periodo de afrontamiento están dispuestos a cuestionarse a sí mismos y trasladar el foco de atención desde la enfermedad hacia un plan de vida alternativo, reaprender a vivir y explorar todas las posibilidades que hay en ellos para hacerlo, para vivir.

Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad

El gran Gregorio Marañón dijo, “a veces nos pasamos años sin vivir en absoluto y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”. Es ese instante transformador en la vida de las personas el que la práctica del coaching lleva logrando ya desde hace varios años. Lo hace a través de un proceso corto en el tiempo pero extremadamente efectivo, centrándose en ámbitos en los que las personas se ven sometidas a elevados niveles de exigencia, superación de obstáculos y competitividad como son el deporte de alta competición, las empresas y diferentes organizaciones.

Un trabajo de campo realizado en 2009 por Public Personnel Management / Manpower en 139 oficinas de 29 empresas de servicios de 15 países europeos y en 15 sectores diferentes, arrojó conclusiones como:

– El coaching logra un retorno de la inversión de 6 veces su coste

– Las empresas que combinan el coaching con sus programas de formación mejoran su rentabilidad en un 85%, versus el 23% de las que sólo aplican formación

– Siete de cada diez directivos españoles demandan entrenamiento en Coaching

Pues bien, ¿qué tiene que ver esta precisa cuantificación de beneficios que el coaching proporciona a las personas en las empresas con las personas que padecen enfermedades físicas crónicas?

El Coaching social

Esta innovadora orientación del coaching se inspira en la siguiente visión: ¿por qué no beneficiar a personas en otros ámbitos sociales empleando las mismas técnicas, procesos y habilidades de las que ejecutivos, equipos directivos e incluso deportistas de alta competición llevan logrando contrastadas mejoras desde hace más de 20 años?.

El factor humano es justamente el nexo entre un alto directivo, un deportista de alto nivel o un enfermo crónico, ya que todos afrontan aprendizaje, retos de superación y la necesidad de vivir una vida mejor, al menos tanto como la que crean merecer. A partir de ahí, es irrelevante que eso suceda en una realidad profesional o personal, particular o colectiva.

Afortunadamente existen grandes profesionales dedicados a cuidar de nuestra salud. Mediante su técnica y su práctica, la medicina nos aporta soluciones externas de gran valor preventivo, paliativo o curativo, pero ¿quién y cómo nos facilita, guía y acompaña en la concienciación primero y acción después de nuestra propia solución interior, cuando las externas ya no pueden prevenir ni curar, y/o a penas paliar? 

Tomás Castillo Arenal, Presidente de la Federación Española de Fibrosis Quística afirma en su obra Aprendiendo a vivir que  “la metodología diagnóstica heredada hace que en nuestro organismo ‘lo normal’ es que todo funcione bien y ‘lo patológico’ es cuando algo va mal; sin embargo lo normal y lo anormal, lo saludable y lo patológico conviven en nuestra existencia cotidiana”.

Efectivamente procesos específicos de coaching con enfermos crónicos físicos facilitan la asunción por el enfermo, de que la enfermedad no es lo contrario de la salud, igual que la muerte no es lo contrario de la vida, sino que salud, enfermedad y muerte son un solo proceso de vida. Sobre esa base, esos procesos demuestran que la persona ha logrado reactivar su talento que está intacto, pero que fue arrinconado al recibir el diagnóstico.

Y esto lo logran coach y enfermo/familiar a lo largo de un proceso en el que el coach le ayuda a reflexionar, cuestionarse a sí mismo, tomar conciencia, asumir un compromiso y actuar hasta emprender su plan de vida, predominantemente al margen de la enfermedad.

La salud es el resultado entre lo que me ocurre, los apoyos externos que recibo y cómo vivo esta situación. El coaching social trabaja con éxito sobre este último aspecto y, más concretamente con su desafío”. 

¿Qué es realmente la enfermedad? Es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida tanto a nivel físico como emocional. Sin embargo, a quien le falte coraje para empezar, ya ha terminado.

¿No será mejor encender una vela que maldecir la oscuridad?

Ángel Díaz

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