Dejar de Salvar y aprender a Acompañar: Cómo ayudar sin perderte en el intento
En el terreno de las relaciones, tanto personales como profesionales, muchas veces actuamos sin darnos cuenta desde automatismos emocionales que nos empujan a ocupar ciertos papeles. Uno de los más comunes —y también más agotadores— es el de Salvador❤️🩹
A primera vista, parecería algo noble: ayudar al otro, “estar para lo que necesite”, sostener cuando se cae.
Pero cuando ese impulso se vuelve constante, unilateral o necesario para sentirnos valiosos, deja de ser ayuda y se convierte en una trampa.
🔻 La trampa del Salvador, como lo describe Stephen Karpman en su Triángulo Dramático, alimenta dinámicas de dependencia, frustración y desgaste emocional.
¿Cómo saber si estás atrapado en ese rol?
➡️ Te sientes imprescindible para que el otro esté bien.
➡️ Asumes problemas que no te corresponden.
➡️ Te frustra que el otro no cambie a pesar de todo lo que haces por él.
➡️ Te cuesta poner límites sin sentir culpa.
Durante nuestras formaciones conocemos a personas que se dedican o quieren mejorar en la ayuda a personas en diferentes áreas de su salud. El acuerdo con el que llegan a ellos puede ser explícito —»yo te ayudo a cambio de …»— o implícito: «te ofrezco mis servicios y tú me pagas por acompañarte en tu proceso de cambio».
En esencia, se trata de una relación adulta donde ambas partes asumen responsabilidades y participan activamente en la resolución del problema.
Pero no es raro que algunos usuarios adopten el rol de Víctima, esperando que el profesional se convierta en su Salvador, con mensajes directos o indirectos del tipo: “yo no puedo, resuélvelo tú por mí”.
Todo ello nos hace vivir en situaciones de desgaste e ineficiencia de nuestra vida o trabajo:
¿Cómo puedes evitar caer en el rol de Salvador?
En 1990, Acey Choy propuso una alternativa a este papel, describiendo una forma de ayudar sin asumir la responsabilidad que corresponde al otro, ya sea desde un rol profesional o desde una relación cercana como amigo o familiar.
La persona que ayuda desde esta perspectiva…
✅ Escucha sin intervenir antes de tiempo.
✅ Se interesa por los demás pero confía en su capacidad para afrontar sus conflictos.
✅ No antepone sistemáticamente las necesidades ajenas a las propias y se cuida a sí mismo.
✅ No se siente culpable por decir “no”. Si elige ayudar, lo hace de manera equilibrada, sin sobrepasar sus límites.
✅ No necesita que el otro mejore para sentirse útil o suficiente.
La herramienta más valiosa para mantenerse fuera del rol de Salvador es conocer la escucha empática. Esto implica estar presente para el otro sin juzgar, aconsejar ni interpretar a menos que expresamente se nos solicite.
A veces ayudar puede ser tan simple como hacer preguntas que den claridad o que abran nuevas posibilidades de solución que no había pensado.
Otras veces, el hecho de poder expresar emociones en un espacio de aceptación y neutralidad es suficiente para aliviar el malestar y recuperar el equilibrio en una persona.
Hay otros dos roles igualmente tóxicos que nos mantienen en un círculo vicioso de dolor y cupla.
En la Formación en Coaching de Salud que comienza en octubre, tendrás la oportunidad de profundizar en el desarrollo de la escucha empática, así como en el uso de preguntas poderosas que te permitirán comprender con mayor profundidad las circunstancias y vivencias de tus clientes, sin asumir ni cargar con sus procesos internos.
María Becerril, Coach de Salud, PCC ICF – Psicología del Coaching.
Escuela de Coaching en Salud, SALUTIS HEALTHCARE
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