Como habréis escuchado alguna vez,  “somos animales de costumbres”. Los humanos repetimos acciones, a veces de forma inconsciente, que constituyen los propios hábitos.

Pero hoy no quiero ahondar en los hábitos per se, sino en un artículo que leía a Harsha Perea en el blog de ICF, sobre el hecho que nos lleva a “habituarnos”. Un concepto cercano a los hábitos que me gustaría compartir con vosotros.

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¿En qué consiste habituarse?

Nos habituamos a algo cuando la exposición repetida a un estímulo reduce nuestra respuesta. Habituarse es algo observable en toda la Naturaleza, desde los organismos unicelulares, hasta las aves y, por supuesto, los seres humanos.

¿A qué cosas nos habituamos? 

Nos habituamos rápidamente a las cosas que son repetitivas o continuas en nuestra vida. Por ejemplo, cuando dejas de notar la sensación de la ropa sobre tu piel o cuando no sientes el teléfono móvil en el bolsillo del pantalón.

Lo que sí notamos son los cambios. Este es el motivo por el que las sirenas de las ambulancias, por ejemplo, tienen un patrón de sonido alterno. A pesar de su ruido a todo volumen, incluso momentos antes de la exposición al ruido, puede generarse un hábito y absorberlo dentro de la conciencia del sonido ambiental, desapareciendo de nuestra atención consciente.

Cuando nos habituamos a algo se crea un terreno familiar en nuestro inconsciente.

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Por otro lado, los hábitos, según los científicos, surgen porque nuestro cerebro está siempre tratando de ahorrar esfuerzo mental: estas rutinas automáticas se almacenan en los ganglios basales y cuando ejecutamos una rutina automática “trabajan” los ganglios basales y el resto del cerebro “descansa”. 

Conocer cómo funcionan los hábitos es algo fundamental para entender nuestro comportamiento y cómo afectan a nuestro bienestar.

Pero, sigamos hablando de cómo nos habituamos…

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El problema de habituarse 

Estar habituado no es un problema en sí mismo, es más bien aquello a lo que nos habituamos a lo que sí podríamos estar más alerta.

Existe la teoría de que la función evolutiva del hábito es la de alertarnos sobre los potenciales peligros que podemos sufrir, por ejemplo, un fuerte ruido que pudiera indicar una amenaza física. Lo curioso es que cuando este ruido parece ser inofensivo (como el sonido de la sirena), terminamos por habituamos a él y comenzamos a reaccionar cada vez menos.

El peligro aparece cuando nos habituamos a cosas que no representan una amenaza física per sé, sino que pueden afectar a nuestro bienestar a largo plazo. Cosas menos obvias como costumbres del entorno o ciertas normas culturales.

Habituarse saca las experiencias fuera de nuestro conocimiento consciente y las pone en nuestro inconsciente. Esto significa que ni siquiera podemos darnos cuenta de que estamos operando en un paradigma o patrones perjudiciales. Somos capaces de llegar a sentir mayor comodidad en la familiaridad a la que nos hemos habituado, incluso cuando el hábito ya no es capaz de nutrir nuestra vida.

Lo cierto es que nos habituamos a formas de pensar, conductas o rituales que pueden hacer que desconfiemos de otras maneras de hacer que podrían ser incluso mejores y más saludables para nosotros. 

Nos habituamos a formas de pensar o conductas que pueden hacer que desconfiemos de otras maneras de hacer más saludables para nosotros.

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Toma de conciencia 

Tomar conciencia de todo aquello a lo que nos hemos habituado puede ser un ejercicio muy poderoso para nuestro bienestar. 

Te invito hoy a retarte a ti mismo para ser más consciente de estos hábitos, formulándote las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo me afecta la exposición repetida a ciertos ambientes y rutinas… (trabajo, hogar, relaciones, etc.)?
  • ¿Qué cosas estoy dando por supuesto?
  • ¿Bajo qué paradigmas y sistemas de creencias estoy operando?
  • ¿Cómo puede el entorno, los medios de información o las noticias que veo reforzar los paradigmas a los que me he habituado?

Con mayor conciencia deviene más comprensión, y con mayor comprensión aparecen más posibilidades de elección y acción. Elecciones que pueden darte la oportunidad de habituarte a otras cosas que nutran tu vida en lugar de aquellas que la drenan de energía.

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Uno de los aspectos que veremos en el próximo Curso Experto de Coaching de Salud se relaciona con cómo nos habituamos a las cosas, la perspectiva científica de la formación del hábito y su poder para transformar la salud.

Si estás interesado en ayudar a tus clientes o pacientes a conocer este aspecto, si quieres acompañar a otros en el camino de construir sus rutinas saludables, ¡te esperamos en la próxima edición que comienza el 12 de Febrero de 2018!

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