El sentido más amplio de la nutrición

¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que te nutre? Solemos relacionar la nutrición directamente con los nutrientes materiales que precisa nuestro cuerpo para funcionar pero a mi la vida me ha enseñado que la nutrición tiene un alcance muchísimo más amplio.

Hace algunos años estaba trabajando tiempo completo en algo que ya no disfrutaba, dormía poco, me exigía hacer ejercicio para mantenerme en forma y estaba atravesando una profunda crisis de pareja. Ya había empezado un proceso de concienciación respecto de mi alimentación, había dejado de comer harinas, reducido los ultra procesados y estaba aprendiendo cómo consumir granos y legumbres para aprovecharlos mejor. Podría decirse (sin entrar en detalles) que mi alimentación era bastante buena en comparación al promedio de los ciudadanos del mundo.

Mi alimentación estaba enfocada en lo que ingería, en la comida, pero era evidente que no estaba bien nutrida. No me sentía feliz, no descansaba bien y había vuelto a fumar.

La vida siguió su curso y poco a poco fui tomando decisiones sobre mi Nutrición en su sentido más amplio: renuncié a ese trabajo en relación de dependencia y con muchísimo miedo y dolor, me separé de quien había sido mi compañero por más de 10 años. Me sentí como una serpiente cambiando su piel, descubrí a una Marina que había estado oculta en los automatismos de la vida, en los “Deber Ser”, en deseos ajenos, en miedos propios y heredados. Fue un proceso difícil, tan nutritivo como doloroso, que provocó un antes y un después en mi vida y, por supuesto, en mi salud.

Había bajado mucho de peso y mis trastornos digestivos de siempre se habían intensificado: atravesaba una inflamación crónica y episodios de estreñimiento que superaban la semana. Consulté a un gastroenterólogo, un médico chino, un par de homeópatas, probé diferentes tipos de terapia pero los síntomas no mejoraban y yo me enojaba cada vez con mi cuerpo, como si él y Yo fuéramos algo distinto.

“Mi cuerpo”, “mi sistema digestivo”, ¡toda yo!, no fluía en el proceso de aprovechar los nutrientes y descartar lo que no servía.[/section]

El cuerpo habla

Mi cuerpo me avisaba que ese proceso de renacimiento acababa de empezar, y que conseguir una nutrición equilibrada me llevaría más tiempo y esfuerzos. Experimenté (y experimento) personalmente la ligazón directa entre el cuerpo, la mente y las emociones. Empecé a hacer cada vez más consciente de lo que retenía y me estreñía el corazón, de lo que me inflamaba el alma y contraía el estómago.

El último episodio de estreñimiento prolongado fue durante un viaje a India que fue muy simbólico de todo el proceso que estaba experimentando. Después de consultar con una médica Ayurveda y seguir sus recomendaciones mi proceso digestivo empezó a funcionar mejor. No creo que el Ayurveda sea “más efectivo” que todo lo que había probado antes, sino que fue parte de todo lo que ese viaje me estaba sanado. En India me nutrí de amistad, de gozo, de aprendizaje, de descanso, de autonomía, de aventura, de presencia, de nuevos proyectos.

Hoy puedo decir que a mis casi 40 años he ganado cada vez más conciencia sobre los alimentos que elijo comprar e ingerir. Estoy habituada a leer etiquetas, compro verduras y frutas orgánicas, busco un balance entre hidratos y proteínas, suplemento lo que haga falta y aplico otros tantos recursos que aprendí en consultas, cursos y redes sociales. Tengo un médico con quien controlo mis valores cada 6 meses y que me sugiere los estudios y suplementos para equilibrar mi salud física (¡y química, diría yo!) Sin embargo, doy fé de que esto no basta para que mi nutrición esté en equilibrio.

Sigo buscando y aprendiendo sobre lo que me nutre y lo que no

Me sigo enfrentando a la frustración cuando vuelven los síntomas pero tengo herramientas de gestión emocional que me ayudan a hacer “zoom out”, calmar la ansiedad y observar que son ciclos. Los síntomas me obligan a volver a mí, a dirigir la atención hacia mi interior, a bajar el ritmo de la rutina que tiende a automatizarse para llamar a la presencia, para observar las emociones y los pensamientos recurrentes con los que me estoy identificando.

Así, en la intimidad de mi Mat, junto al Altar que fui construyendo desde que cambié la piel, me vuelvo a preguntar: ¿de qué te estás nutriendo, Marina? El foco en la Alimentación desaparece de un soplido y con mares de angustia o fuegos de entusiasmo suelo soltar la frustración, y vuelvo a agradecer a la sabiduría de mi cuerpo por ser una guía auténtica cuando el Ego se deja engañar con deseos que no me pertenecen y enojos que no me ayudan.

Este es uno de mis mantras favoritos al que recurro cuando necesito despejar las preocupaciones cotidianas y reconectar con lo esencial. Puedes encontrar su melodía en cualquier plataforma y utilizarlo cuando te dispongas a conectar con tu sabiduría interior:

Om Asato Maa Sad-Gamaya |

Tamaso Maa Jyotir-Gamaya |

Mrtyor-Maa Amrtam Gamaya |

Om Shaantih Shaantih Shaantih

Om, llévanos de la irrealidad (de la existencia transitoria) a la realidad (del Ser)
Guíanos de la oscuridad (de la ignorancia) a la luz (del conocimiento espiritual)
Llévanos desde el miedo a la muerte al conocimiento de la inmortalidad.

Shaantih significa Paz. Generalmente se recita tres veces el mantra: Om Shanti, y se utiliza como deseo de la paz individual, colectiva y universal.

Que cada noche encuentres algo que te haya nutrido durante el día para agradecer 🙏

¡No estás sola/o en el camino!

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Marina Wein

Coach de Salud

Escuela de Coaching de Salud, Salutis Healthcare

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