Muchos llegamos a la época de vacaciones con la sensación de necesidad, como llegando por fin a la línea de meta dónde poder dejarse caer por agotamiento. Como queriendo desconectar para conectar.  Las vacaciones llegan como una bocanada de aire fresco y necesario después de unos meses de mucha intensidad. Nos encontramos en una situación constante de preocupación por el virus. La incertidumbre económica, el cambio de estilo de vida y  rutinas con el confinamiento, los cambios que vendrán…, hacen que este periodo de vacaciones se presente más esencial que nunca. Pero, ¿en qué consisten “las vacaciones”?. Parece que la palabra esté asociada a viajar, la playa, aglomeraciones, romper con/olvidar hábitos y rutinas, etc. Y después volver y comentar con amigos, familia o compañeros de trabajo que “necesitamos unas vacaciones de las vacaciones!! 😉 ”.

Desconectar para conectar

Al igual que esta pandemia nos ha hecho replantearnos nuestro estilo de vida, y la manera en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, también nos puede ayudar a analizar esta manera en la que nos hemos acostumbrado a “desconectar”. Solemos relacionar las vacaciones con la desconexión y la recarga de energía pero, ¿es lo que hacemos en realidad?. Llegamos con las energías justas hasta arriba de cargas y responsabilidades, y nos dirigimos a unas vacaciones hasta arriba de cargas y responsabilidades. Sólo cambiamos el escenario y los protagonistas.  ¿Cómo podríamos aprovechar esta oportunidad y “obligación” de cambiar nuestro concepto de vacaciones y encontrar una manera real de desconectar y recargar?

La mejor ayuda

Para las personas que trabajan en el área de la salud con una casi plena dedicación a la ayuda y acompañamiento de los pacientes, esta “recarga” es muy necesaria. Imprescindible. Y en estos momentos con más razón que nunca después de estos intensos y agotadores primeros meses del 2020. Horas y horas de trabajo, días de incertidumbre, descontrol, cansancio, riesgos, miedos, dudas… y la pila cada vez más baja. Se enciende la luz roja: “Por favor, recargue!”. Cada día se hace más difícil acompañar, ayudar, dar más de sí cuando no hay energías ni reservas. En coaching se utiliza la expresión “no puedes dar lo que no tienes”. En las profesiones de ayuda es más que imprescindible tener para poder dar. No por hacer más y más, y por dar y dar se consiguen mejores resultados ni se ayuda mejor.  La mejor ayuda que podemos darnos a nosotros, a las personas que nos rodean y a las personas que están bajo nuestro cuidado es cuidarnos primero a nosotros mismos. Desde esa posición es cuando somos verdaderamente poderosos y podemos actuar.  Una vez repuesta la batería, estaremos preparados para “dar lo que ahora sí tenemos”. Y podremos ser como el hombre protagonista del siguiente cuento. Un hombre que lo da todo por ayudar con un objetivo claro: centrarse en lo que sí puede hacer, y a quién sí puede ayudar. Un paso detrás de otro…

La Estrella de Mar

“Una tarde Ramón paseaba tranquilamente por la playa cuando a lo lejos vió a un hombre solo en la orilla del mar. Según se acercaba observó que el hombre se agachaba en la orilla y arrojaba algo al mar, y que lo repetía una y otra vez. Cuando ya llegó a la altura de donde estaba el hombre, vió que lo que estaba haciendo era recoger estrellas de mar que se habían clavado en la arena y las estaba devolviendo al mar.  Ramón se acercó y le dijo:
  • Buenas tardes señor. Siento mucha curiosidad por saber lo que usted está haciendo.
El hombre le respondió:
  • Como la marea está baja, todas estas estrellas de mar se han quedado atrapadas en la costa. Intento devolverlas al agua porque si se quedan aquí se morirán por falta de oxígeno.
Ramón respondió:
  • Ya entiendo. Pero hay muchas estrellas de mar en esta playa, son demasiadas y será imposible devolverlas a todas.
  • Además probablemente esto suceda en otras muchas playas a lo largo de la costa también. ¿No se da cuenta de que no cambia nada
El hombre sonrió ante la pregunta de Ramón mientras se agachaba a por otra estrella de mar y la devolvía al agua, y respondió:
  • ¡Para esta estrella de mar sí cambió algo!”
Aprovechemos estos días de “desconexión” para “conectar” con nosotros mismos, reconocernos lo mucho o poco que hayamos podido hacer por los demás para aportar a su bienestar, y darnos los cuidados necesarios para recargar fuerzas, ser el cambio que queremos ver y el apoyo que queremos dar. Cuéntame… ¿Cómo vives tu periodo vacacional? ¿Planificas tu descanso? ¿Cómo podrías seguir apoyando el cuidado y salud de los demás sin por ello perder la propia?  Feliz autocuidado!. Paula Calderon Foran Coach de Salud Certificada Escuela de Coaching de Salud, Salutis Healthcare

 La formación en Coaching de Salud aporta nuevas competencias a los profesionales que desarrollan su vocación en el ámbito de la salud y el bienestar,  y que desean incorporar recursos innovadores en el cuidado de sus clientes/pacientes, aumentando los resultados en sus objetivosde salud. Además, abre un campo para las personas con vocación por el auto-cuidado y el acompañamiento de la salud , que desean iniciar la certificación como Coach Profesional por esta vía

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