Como afecta el mal carácter a tu salud

En ocasiones se ha confundido el tener carácter con comportarse de manera ruda, prepotente u obstinada, pero estas actitudes no reflejan un buen carácter.

Una persona con un carácter saludable se enfrenta a desafíos constantes, pero no contra los demás, sino consigo misma. Cada desafío personal es una oportunidad para fortalecer un carácter firme y decidido, capaz de superar obstáculos sin lamentarse por el cansancio o las dificultades.

Por otro lado, tener un “mal carácter” puede marcar la diferencia entre vivir y no vivir, entre la salud y la enfermedad. El mal carácter puede infundir miedo en los demás, pero su efecto suele ser como el de un cañón que se dispara y rebota, dañando a uno mismo y a su entorno.

La palabra “carácter” proviene del término latino “character”, que significa esculpir, tallar o grabar. Esto implica que es necesario auto-esculpirse y controlarse a uno mismo. Sin embargo, es importante entender que no se puede esperar que los demás te toleren o cambien por ti. La formación de un buen carácter es una tarea que debe ser realizada individualmente, mediante el trabajo y la introspección personal.

Respuestas fisiológicas del “mal carácter”

La sociedad actual nos incita constantemente a buscar la felicidad y evitar cualquier emoción negativa, y curiosamente, el mal carácter puede ser una forma de ocultar esas emociones. Muchas personas se encuentran en un estado de permanente ira o irritación para no mostrar su verdadero dolor emocional, pero tarde o temprano esta actitud les pasará factura.

Las emociones negativas generadas por el mal carácter se van acumulando en nuestro interior, como en un depósito, y pueden desbordarse en forma de diversas enfermedades como alergias, trastornos gastrointestinales, psoriasis, y otros problemas más subjetivos como fobias, ansiedades y hábitos compulsivos.

Cuando nos enfadamos, el cuerpo experimenta una respuesta fisiológica que nos deja temblorosos y alterados. Aunque la otra persona puede estar peor que nosotros, puede alejarse como medida preventiva. Si mantenemos este comportamiento con las personas de nuestro entorno, podemos generar un calvario permanente que termine afectando negativamente nuestra vida y estado de ánimo. Es importante aprender a manejar nuestras emociones negativas de manera saludable y no utilizar el mal carácter como una forma de ocultarlas.

Remodelado de conductas

En el proceso de Coaching, trabajamos con la Programación Neurolingüística, y creemos firmemente que todas estas situaciones son reversibles. Los pensamientos negativos que derivan en conductas insanas como el “mal carácter”, pueden venir dados por percepciones erróneas de las experiencias pasadas que nos generan “anclajes negativos”.

Por ejemplo: una niña es castigada en la despensa de pequeña, un lugar oscuro y lleno de comida, lo que le genera “miedo”. Para liberar esa emoción negativa, comienza a comer compulsivamente. Ahora, cuando esta niña siente miedo, come en exceso. Otro ejemplo es una mujer que se irrita al tener que dar órdenes. Una experiencia pasada en la que sufrió un grave enfrentamiento en el colegio, dañando su autoestima y haciéndola sentir impotente, conectando su furia actual con el miedo a “no ser escuchada”.

A través del proceso de Coaching de Salud, podemos reconocer las emociones negativas y desmontar las creencias y temores que limitan nuestra felicidad, mejorando nuestras relaciones, así como alcanzar nuestras metas de bienestar.

La escucha activa y la indagación apreciativa nos hacen más conscientes y capaces de disolver nuestras estructuras mentales rígidas para poder cambiar. Si varias personas te han señalado que tienes un “mal carácter” y quieres evitar sufrimientos, sería bueno que tomes cartas en el asunto. Tu bienestar y calidad de vida están en juego.

Un proceso de coaching de salud tiene como objetivo mejorar el bienestar de la persona de manera integral, introduciendo una serie de cambios que pueden suponer un giro de 180º en su vida, en función de los objetivos de salud emocional que la persona quiera alcanzar.

Como siempre, la mejor forma de entender algo es experimentarlo y el Coaching de Salud, te facilita el experimentar esos cambios positivos en tu vida.

María Becerril, Coach de Salud certificada (PCC, ICF)

Escuela de Coaching de Salud, Salutis Healthcare

Bibliografía

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  2. Courtland, V. F. (2019). Body of Knowledge: How Learning with and through the Body, Mind, and Spirit Impacts a Somatic Coach in Training and Practice. Plymouth State University.
  3. Matthews, T. (2013). More than a brain on legs: An exploration of working with the body in coaching. International Journal of Evidence Based Coaching & Mentoring, 26-38.

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