“La persona que tiene salud tiene miles de deseos, la persona que no, solo tiene uno”

Hoy me hago consciente de como mi salud me ha permitido todo este tiempo llevar una vida activa, soñar con metas y realizar tareas. Del momento en que mi cuerpo me paró en seco y, casi por juventud e inercia, pude poco a poco recuperarme, abriendo más tarde una etapa de búsqueda, de auto-descubrimiento y renovación.

¿A qué se debe mi estado de salud y bienestar?, ¿puedo hacer algo yo para proteger el único lugar dónde, con toda seguridad, voy a vivir durante el resto de mi vida?

Y es que la salud es una circunstancia vital que no solemos valorar hasta que nos falta. La respiración, el latido de nuestro corazón, nuestra circulación, etc., son funciones naturales de las que vamos tomando consciencia cuando nos sobreviene algún malestar o dolor.

Viene a mi mente una frase del libro de Cristóbal Pera, El cuerpo silencioso. Ensayos mínimos sobre la Salud, sobre lo que para este médico es sentir la salud desde el cuerpo, y dice: “Vivir en un cuerpo silencioso es saludable, un cuerpo que recibe las señales de sus órganos más profundos, necesarias para vivir, pero que no siente malestar sino bienestar”. Afirma también que “la cultura de la salud, es la cultura del cuerpo”.

No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación, y me pregunto: ¿tenemos en la actualidad una cultura de la salud?.

A mi modo de ver, como sociedad avanzamos hacía un culto al cuerpo más que hacia el cuidado del mismo. Vivimos en la era de la información, de la imagen, de seguir la corriente de lo que nos dice el influencer de turno, la televisión o los memes del móvil.

Y me vuelvo a preguntar: ¿es hacía ahí dónde yo deseo ir?, ¿es eso lo que necesito para cuidarme?, ¿deseo calmar mis síntomas o encontrar fuentes de energía que me ayuden a conocerme y aliviar mi malestar?

El hecho de vigilar nuestra salud, ir al médico, es algo que se da por supuesto, pero ¿cuánto crees que podríamos aportar desde nuestra forma de vivir a nuestro equilibrio vital?, ¿qué decisiones postergadas sabemos que nos aportarían mayor bienestar ?, ¿de qué mejor manera podemos ser y hacer prestando más atención a nuestros sentimientos y necesidades?

Se ha demostrado que alrededor de la mitad de nuestra salud viene marcada por nuestra herencia genética junto con factores ambientales, económicos y sanitarios, pero casi la otra mitad, depende de factores modificables a través de nuestro conducta, nuestros hábitos y nuestro estilo de vida.

En esta línea hoy te invito a que quieras conocer tu propio cuerpo, que tengas curiosidad por él y todo su potencial. Puedes preguntarte si verdaderamente conoces aquello que te nutre, observar como te hablas, practicar una actividad una física que se adapte a tus gustos y personalidad, y/o llenarte de ánimo con actividades que alimenten tu vida social. Todo ello va a construir una mejor salud, la que se reconoce no solo como la ausencia de síntomas o enfermedad, sino como una capacidad de tener vitalidad, estar motivado, aprender a recuperarse, tener una mentalidad positiva y vivir con satisfacción.

“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo ausencia de enfermedad o dolencia”. OMS, 1946

El Dr. Jose Carlos Bermejo, promotor de cuidados humanizados en la tercera edad, nos dice que cuidar nuestra salud es una responsabilidad de cada uno de nosotros para con nosotros mismos, para con los demás, para el entorno presente y el que construimos para el futuro.

Desde mi experiencia la salud también es fruto del desarrollo de una vida con proyectos y objetivos claros, con un propósito acorde a nuestras habilidades y nuestra particular visión de la misma.  Víctor Kuppers en su libro «Vivir la vida con sentido«, nos transmite que las personas guiadas por una vocación natural, dan lugar a personas más felices y equilibradas.

Los seres humanos no somos únicamente estructura y bioquímica, además poseemos una realidad mental, unos pensamientos que tienen un impacto a nivel físico. Aunque en la atención sanitaria actual se traten las afecciones de forma separada, el ser humano funciona como un todo. Es más, se sabe que muchas enfermedades pueden ser precedidas por algún cambio brusco o conflicto vital en mayor o menor grado. Recordemos las llamadas enfermedades psicosomáticas en las que las personas tienen una tendencia a ignorar las señales de su cuerpo llegando a manifestarse con enfermedades de diversos tipos.

Llegados a este punto, te propongo un ejercicio creativo: que cierres tus ojos, y que imagines,… sólo imagina que muerdes un limón con sal!.

¿Qué efecto te produce?

Nuestros pensamientos producen efectos físicos, y, además, nuestra forma de interpretar lo que nos sucede determina nuestro estado de ánimo y, por ende, nuestros resultados. 

Podemos sufrir contaminación física, ambiental o emocional y, todo ello, está directa o indirectamente relacionado con nuestra salud, contando con nuestros errores y recaídas necesarias para aprender como modificar aquello que no nos beneficia.

En nuestra sociedad del consumo se tiende a veces a la creación de un bienestar artificial o de “fin de semana”, liderado por el culto al cuerpo, los spás, el cuidado de la estética, etc. Un ocio que estimula el disfrute de la salud, pero que muchas veces no se construye sobre una base consciente que sea el fundamento de ese modo de vida.

En el proyecto de Coaching de Salud abogamos por estimular ese aprendizaje desde lo que para cada uno es «su bienestar», en función de su biología, de sus circunstancias y de su personalidad. Y en armonía con esa mirada, te sugiero estas cinco preguntas por si te animas a ir descubriendo más opciones y posibilidades en el arte de tu autocuidado:

1. ¿Qué propósito quieres darle a tu vida?: Cuando estás inspirado por un gran propósito los pensamientos rompen sus barreras, la mente y el cuerpo se alinean y se llenan de vitalidad. Si te encuentras en un tiempo de crisis, ¿qué sentido o propósito puedes darle a esta situación vital?, ¿cómo puedo tener una mentalidad más constructiva?. Una herramienta extraordinaria es cultivar la gratitud por todo lo que ya tenemos. La gratitud está relacionada con una mejor salud y longevidad. Cuanto más poso la mirada en lo bueno que tiene la vida, mejor preparado estoy para continuar y generar comportamientos, actividades y hábitos que construyan mi bienestar.

2. ¿Cómo valoras tus relaciones ?: Como seres humanos nos necesitamos mutuamente para vivir, pero también para desarrollarnos como personas individuales. La calidad de las relaciones determina nuestro grado de satisfacción, y nos proporciona el equilibrio que necesitamos para sentirnos bien. Los amigos, la familia, las personas que conocemos el día a día influyen en las acciones y decisiones que decidimos tomar. ¿Qué tal si hoy haces un esfuerzo por conectar y estar más presente con la gente que te encuentres?

3. ¿De qué manera podrías organizarte mejor? Encuentra caminos para hacer las cosas que decidas de forma que pongas claridad en las prioridades de cada día. Trabajar sin descansos, comer rápido, no tener un plan preestablecido, genera un alto estrés y no da oportunidad de recargar pilas. Este torbellino puede nublar la ilusión, la creatividad y las ganas de crecer. Generar orden, tirar lo que ya no sirve, aprovechar el espacio, modelar conductas de personas eficientes, hacer listas para sacar las preocupaciones de la cabeza, son algunas de las acciones que pueden impulsarte a la acción desde la serenidad.

4. ¿Qué nuevos retos quieres asumir?: Una reflexión sobre las fortalezas y debilidades que existen con respecto a tu cuidado actual, puede ayudarte a poner más claridad para ver el siguiente paso hacia tu mejoría. Te propongo cuestionar las creencias que tienes sobre ti y tu salud hoy, y si así lo deseas, renovar tu forma de pensar y de hacer. En mi caso, tendría que ver con retos relativos al ejercicio, la nutrición o la relajación. Recuerda que la salud se configura por las pequeñas decisiones repetidas sistemáticamente: escoger alimentos saludables, desplazarse de un sitio a otro caminando, limitar la accesibilidad a Internet, etc.

5.  ¿Y si te dejas acompañar?: Los preparadores te ayudan a estudiar, los asesores financieros te ayudan a rentabilizar tu dinero, y los coaches de salud están entrenados para ayudarte a descubrir aquello necesitas para desbloquear tu crecimiento en salud de una forma multidimensional. Un coach de salud te ayuda a conocerte de verdad, dibujar una foto global de tu salud y bienestar, replantear tus rutinas y diseñar un plan personalizado que te mantendrá motivado hasta que, tus nuevos hábitos se transformen en tu nuevo estilo de vida!.

Te animo a cuidarte desde la curiosidad por tu esencia propia, desde una mirada global a tu vida y a tu salud, con los recursos que hoy tengas a tu alcance, y deseo que alguna de estas preguntas te ayude a abrir nuevas puertas para llevar tu salud al siguiente nivel!

Desde Coachingdesalud, tenemos ya preparada la siguiente edición del Curso Experto en Coaching de salud, dónde te invitamos a descubrir la metodología, la ciencia y las herramientas para fomentar el autocuidado.

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